Querida familia Parroquial:

Inmersos de lleno en la Cuaresma, nuestra Santa Madre Iglesia nos ofrece un tiempo privilegiado para volver al primer amor de Dios. Para ello nos invita renunciar a todos aquellos afectos desordenados, que en forma de tentación nos hacen dudar de la Paternidad y protección de Dios.

¿Y cómo actúa la tentación? La tentación va a lo fundamental, ¿es Nuestro Señor tan bueno como se dice, o debemos ser nosotros mismos los que decidamos qué es bueno?

Y para ganar el combate, los dardos de nuestro enemigo van a ir en primer lugar contra la Fe, después contra la esperanza y en último lugar contra el amor de Dios.

La luz divina nos hace que descubramos que hay realidades espirituales que son mas importantes para el hombre que las que se pueden tocar. Por eso el demonio va a por la Fe, porque ella es la raíz.

Si superamos esta tentación entonces el enemigo va a por la esperanza, intentando por todos los medios, hacernos creer que las “cosas de arriba” son imposibles de alcanzar, desviando nuestra mirada de lo que Dios nos ha prometido, y centrándonos, en los bienes alcanzables en la Tierra como el dinero y el éxito.

Pero si nuestra esperanza está bien anclada, la tentación siguiente intentará quitarnos la caridad, llenándonos de egoísmo, y centrando la mirada en nosotros mismos.

Pero no estamos solos, la gracia de Dios, nuestra Santa Madre Iglesia y la Tradición Pastoral nos enseñan como la oración, el ayuno y la limosna, son las tres dimensiones fundamentales de la vida espiritual, que nos ayudarán en nuestro combate.

En concreto la lectura espiritual que hoy os traemos “La oración, oxígeno del creyente” de Jacques Philippe puede ayudarnos en nuestro crecimiento con la relación con Dios. Este encuentro silencioso con el Dios vivo será fuente de profundización espiritual.

Jacques Philippe es miembro de la comunidad de las Beatitudes, donde ejerce cargos de responsabilidad en el consejo general y en la formación de sus sacerdotes y seminaristas. Ordenado sacerdote en 1985, predica retiros en Francia y en el extranjero.

En los 19 breves capítulos de este libro se nos invita a reflexionar sobre la oración, como acto de fe y esperanza, como meditación y contemplación, la oración en el seno de la Adoración y de la Liturgia y finalmente la oración cotidiana con sus pruebas y sus cruces.

Os invitamos a meditar cada uno de estos capítulos breves, en la medida de nuestras posibilidades, a lo largo de la cuaresma pues la oración será nuestro mejor escudo para combatir el dardo contra la Fe que el enemigo nos tiene preparado.

No olvidemos que como decía el Santo Cura de Ars:

“La oración es a nuestra alma lo que la lluvia a la Tierra”.

Feliz y Santa Cuaresma.